Actuar en una escuela o construirla ex novo es una de las tareas más esperanzadoras para un arquitecto. El contacto con el edificio concreto de la escuela es posiblemente para los niños una de las primeras experiencias arquitectónicas. Todo el trabajo proyectar y construir un colegio tiene por tanto una dimensión pedagógica desde el punto de vista arquitectónico que de ningún modo está desligada de su formación como personas. Es más, es una oportunidad para ofrecer al niño un entorno cuidado y cargado de intenciones que dejen en él la huella, la memoria, de un universo hermoso y posible. Lo esperanzador es pensar que esta memoria le acompañará e inspirará el resto de su vida de manera real aun con mayor o menor conciencia.
Esta actuación en concreto consiste en la reforma y ampliación de un colegio de posguerra en un pueblo de la provincia de Toledo. La reforma plantea la comunicación entre los dos edificios preexistentes a nivel de planta primera y la construcción de marquesinas de acceso aprovechando algunas estructuras de porche existentes y resolviendo el resto por medio de estructuras metálicas de pilares redondos y vigas de sección en H y losa vista de hormigón. Un muro bajo de color rojo limita la zona de juegos al tiempo que soluciona diferencias de cota
La ampliación se organiza en prismas de ladrillo esmaltado de colores lisos y textura brillante que se deslizan ligeramente unos sobre otros para generar accesos, retranqueos y porches. Se buscan siempre geometrías limpias y rotundas en las que las líneas, el color y la textura del material sean protagonistas. Por este motivo estos prismas se preservan de todo elemento accesorio de modo que las ventanas necesarias para iluminación y ventilación de las aulas se lean como fisuras corridas de acabado metálico y los accesos desde el edificio preexistente se lean como huecos excavados, grandes y profundos.
El acceso para las aulas de educación infantil, diferenciado del resto de accesos y a un nivel inferior, se produce bajo una marquesina también prismática de chapa blanca con gruesos pilares de colores de diferentes diámetros que convierten el hecho de entrar en una pequeña aventura o un acto lúdico. En el interior continúa la presencia de volúmenes de colores vivos y textura brillante, utilizando azulejos esmaltados, jugando con los reflejos y el cromatismo para hacer del colegio un artefacto a medio camino entre el juguete y la joya.
Terminación: 2011
Publicado en ARCHELLO
http://www.archello.com/en/project/school-el-casar-de-escalona
Publicado en Plataforma de Arquitectura http://www.plataformaarquitectura.cl/2012/04/27/colegio-en-el-casar-de-escalona-jose-angel-nieto-garcia/
Publicado en Archiweb:
http://www.archiweb.cz/buildings.php?action=show&id=3690
Transforming a school rather than build it ex novo is one of the most hopeful tasks that an architect can undertake. The relationship with a particular school building is probably one of the earliest architectonic experiences for the child. We think that designing and building a school has therefore, from the architectonic point of view, a pedagogic dimension that in no way is detached from children training as a person. In fact, building a school is a clear opportunity to provide the child a care and full of intentions atmosphere that leaves in his spirit the mark, and then the memory, of a beautiful and possible universe. It is really hopeful thinking that this memory will go along with him his entire life in a real way, regardless of their level of awareness.
This particular work consists on the reform and extension of a post-war school in a little town nearToledo. Reform raises the communication between two pre-existent buildings on the first floor plan and proposes access porches taking advantage of existing structures and using steel profiles and concrete slab in view. A red and low wall makes the limit between the accesses and playground.
The extension building is composed by vitrified brick abstract prisms which have plane colours and brightly texture. These prisms are slid over each other for generating access, setbacks and porches. We always use clean and forceful geometries in which the colour and texture are the protagonists. For this reason these prisms are preserved of accessory elements so that the necessary classroom windows are conceived as metallic longitudinal slits and the gateways are great and deep excavated holes.
The access to the classrooms of younger children is differentiated from other and is in a lower level. They go into the building through an also prismatic white sheet porch with thick round and different diameter columns which transforms the act of entering in a little adventure and a playful act. Inside the building we find the same play of prisms, colours and brightness, using vitrified tiles and playing with reflections and chromatism in order to make the school an artefact in a middle way between a toy and a jewel.