El solar era una parcela en las afueras del municipio toledano de Recas. El cliente aportó un programa convencional de vivienda con tres dormitorios sobre una planta baja diáfana, según las costumbres de la zona. Pedía además que se tuviera en cuenta que, personalmente, tenía atracción por los torreones. Aportaba fotografías de viviendas de la zona que cumplían estos requisitos y a las que su nueva casa debía parecerse. Los materiales a utilizar debían ser el ladrillo visto y la teja.
Ante estos condicionantes se opta por ceñirse al máximo a lo que el cliente está demandando y procurar conseguir a partir de ahí la mejor vivienda posible. La casa se organiza en dos cuerpos que se desplazan entre sí. El acceso a la planta vividera se realiza a través de un torreón de ladrillo circular que desemboca en un porche de entrada. El estar se plantea dentro de una forma absidial que genera vistas sobre la iglesia del municipio. La fachada recibe un tratamiento de líneas horizontales de ladrillo que sobresalen y en las que se encajan los huecos de fachada.
Tras esta experiencia se constató que esta vía de acercamiento a lo que podríamos llamar pomposamente patrones de gusto de la mayoría, pese a ser bien intencionada, no suele tener buen fin.
Año 2005