Hans Van der Laan explica en su libro El número Plástico la diferencia entre tomar medidas y dar medidas. Tomar medidas es extraer de una realidad, que por naturaleza es múltiple, repleta de cualidades, inabarcable en su complejidad, una información concreta que se resume en una cifra.
El paso de materia a cifra es una sorprendente metamorfosis, es una radical abstracción. Obviamente, por el camino que va desde la materia a la cifra nos dejamos mucha información. Información que no cabe entre los números de la regla. Pero la que extraemos, la cifra conseguida nos da una información real e imposible de apreciar de forma clara antes de la operación. Reducir la realidad a una radiografía de sí misma es uno de los pocos caminos que tenemos de aprehenderla.
Tomar medida, cualquier medida, es además trasladar una realidad determinada al mundo de los números. Hacerla entrar en la inamovible eternidad numérica en la que nada cambia y todo permanece. Es decir, colocarla en un lugar a salvo del paso del tiempo.
Dar medida es la operación contraria. Es el paso de la cifra a la materia. Una especie de encarnación. Una introducción en el mundo de lo concreto. La cifra deja de serlo para llenarse de las cualidades de la materia. Es dejar una realidad expuesta a la intemperie, bajo los embates del tiempo.